martes, 2 de octubre de 2007

Velo y colegio


Escucho esta mañana alucinado en Catalunya Ràdio que el Departament d'Educació de la Generalitat ha amonestado a la Escuela Pública Annexa de Girona por prohibir el uso del pañuelo musulmán a una niña de 8 años.

Francia ha dictado una Ley para acabar con este tema, Europa entera debate la conveniencia de aceptar o no la simbología muslmana con todo lo que ello conlleva. Será que el tema es delicado. Pues no. Educació sabe más que nadie y en aras de la formación de la niña, obligan al Centro, contraviniendo su Régimen Interno, a aceptar a la niña con velo, dado que prevalece el derecho a la educación de la niña.

Quizá no vean grave la imposición de un pañuelo, me gustaría saber lo que opinan si en lugar de una niña musulmana estuviéramos hablando de una niña de alguna tribu del Amazonas que se empeñara en acudir a clase en pelotas. ¿Resultaría tan comprensiva la Consellera o lo que sea que escuchaba esta mañana en la Radio? ¿Tenemos que aceptar las costumbres de la inmigración y no provocar la situación contraria?

Imagino al papá musulmán frotándose las manos, pensando la suerte de venir a un país de idiotas que además de acogerle le aplauden sus costumbres degradantes para su mujer e hija. Pensando que si se diera lo contrario, al papá cristiano seguramente lo meterían en la cárcel, o lo azotarían en público.

Sigamos así, permitamos velos, burkas, ablaciones de clítoris y demás barbaridades. Simplemente estamos respetando su cultura y sus costumbres. Somos un país social.

Foto : http://www.almendron.com/blog/wp-content/images/velo.jpg

2 comentarios:

monsieur le six dijo...

Completamente de acuerdo. Me ha gustado el ejemplo de la chica del Amazonas, muy gráfico XDDD

Yo pondría otro ejemplo: si una chica de aquí fuese a estudiar a un país musulmán, ¿la dejarían ir sin velo porque prime el derecho a la educación? Lo dejo en el aire.

Johnny Tastavins dijo...

Cárcel de inmediato, no lo dudes. Atrévete a entrar en una mezquita sin descalzar, a ver qué te pasa.

Aquí entendemos a todo el mundo pero nadie nos entiende.