miércoles, 28 de febrero de 2007

Un día sin teléfonos móviles

Hoy 1 de marzo se ha convocado una huelga de móviles caídos. Se trata de apagar los móviles y no usarlos durante el día, para protestar así contra el monopolio de facto que tienen ahora mismo Movistar, Vodafone y Orange en España. Contra la ley que obliga a cobrar por segundos, las operadoras incrementan desde hoy las tarifas de establecimiento de llamada para no ver disminuidos sus ingresos. Práctica de dudosa ética pero seguramente no recurrible en un juzgado.

Independientemente de lo poco que me gusta pagar más, quiero reflexionar sobre el brutal cambio que ha traído a nuestras vidas el teléfono móvil. Creo firmemente que los dos grandes inventos de los últimos 30 años son el móvil e internet. Todo lo demás es más de lo mismo. Hace 30 años había televisión, había teléfono, había lavadoras, había aviones, había coches. Cierto, TV en blanco y negro, teléfonos de centralita y con disco marcador, lavadoras manuales, aviones de hélice en algún caso, coches sin airbag ...

Pero no un móvil para hablar donde y cuando se quiera. Ni una conexión virtual con todo el mundo, de forma instantánea. Las comunicaciones han traído una revolución. Ya podemos avisar que llegaremos tarde por un atasco. Ya estamos localizables (horrror!) dónde y cuando quiera que estemos. Ya no necesitamos la Espasa Calpe y sus 140 tomos para consultar cualquier duda. Un simple PC nos pone el mundo en nuestras manos. Qué maravilla!

Un simple ejercicio mental : vivamos mañana sin móvil, sin internet, sin correo electrónico, sin chats, sin messengers, sin bajadas P2P, sin mensajes SMS. Voy más allá, no un día. Una semana. Y pensemos sinceramente si no estamos en manos de esta tecnología. La revolución del siglo XXI.

martes, 20 de febrero de 2007

Incentivar la política

La clase política española anda sin rumbo. No es de ahora. Hace ya años que se han ido alejando de la calle, de los problemas del ciudadano medio, del sentir de la población de a pie. Se han encerrado en sus urnas de cristal, y para ellos su trabajo, la política, es como una gran partida de Monopoly. Compran, venden, hacen y deshacen leyes, malbaratan planes urbanísticos, manipulan a su gusto y se despachan barbaridades los unos a los otros con profusión de prensa partidaria que les amplifica los mensajes a su gusto y conveniencia.

Se demostró con la Constitución Europea. Se confirmó con el Estatut de Catalunya. Y desgraciadamente se ha ratificado en el desastroso resultado de participación del Estatuto de Andalucía, con un misérrimo índice de participación del 34% de los posibles votantes.

Europa tomó nota de las abstenciones y sobre todo de las negativas francesa y holandesa.

Catalunya ha entrado en catarsis, y de una prodigiosa actividad política hemos pasado a una peligrosa parálisis. Ciertamente ahora no se pueden equivocar mucho. Quien no decide no se equivoca. Así andamos.

Finalmente, los andaluces han decidido propinar un sonoro bofetón a sus representantes populares indicando con su abstención que el referéndum les traía como poco sin ciudado, y como mucho que no era el momento de tocar nada. Y sale Chaves orgulloso porque el 87% ha votado que sí. Y sale Arenas a decir que a Chaves le han soltado un puntapié en parte poco noble. El promotor obtiene un 64% de abstención pero está orgulloso. La oposición apoya el sí al referéndum pero le echa la culpa al otro de la baja votación. No tocan ... No rigen ...

Desde mi humilde y escondido rincón, lanzo la propuesta de incentivar la política. Es práctica común en la iniciativa privada la remuneración variable de cargos directivos. Una parte del sueldo fijo, y otra, sustancial y sustanciosa, variable. Apliquemos lo mismo a nuestros políticos. Toquémosles de una vez el bolsillo.

Y no sería difícil. Objetivos como alcanzar un determinado porcentaje del programa de gobierno, o alcanzar un determinado número de leyes promulgadas o retocadas, o alcanzar un determinado nivel de participación popular. Todo medible. Y Sr. Zapatero, Sr. Rajoy, Sr. Llamazares, como en la privada. Si no llegan, no cobran. Veríamos si no se ponían las pilas. Claro, esas reformas deben venir de dentro, y ellos, precisamente ellos, se encargarán de que no prosperen. Un motivo más para el desánimo.

miércoles, 7 de febrero de 2007

Drogas y drogados


Todo un hallazgo el Conseller de Interior i Relacions Institucional, Joan Saura. Después del debate que abrió a sujeto de la posibilidad de incorporar inmigrantes a los Mossos d'Esquadra, al que ya dediqué un post, nos entretiene y aturde ahora con una nueva y brillante idea : legalizar todas las drogas. Quiero suponer que estamos en plena campaña pre-electoral y el elemento le está haciendo el caldo de cultivo a su compañera de habitación y partido Inma Mayol que se presenta a las elecciones del Ayuntamiento de Barcelona como cap de llista del ¿eco?-partido ICV. Abanderada de okupas y anti-sistema por autodefinición.

No me canso de decir que tenemos políticos alejados, tremendamente alejados de la realidad, cuando no directamente descerebrados. A mayor abundamiento, nuestro honorable Conseller se descuelga con las virtudes de la legalización de toda droga existente. Claro, claro, vamos a combatir el tráfico, y Papá Estado recaudará impuestos vendiendo caballo, ácido, coca, pastillitas y otros engendros en los estancos en lugar de gastar dinero en policías que persigan esa lacra del siglo XX y volverá a serlo en el XXI. Pero es sí, nos dice que "no se deben tomar".

Hay que ser irresponsable, o simplemente estúpido, o quizá ir drogado para proclamar esto. ¿Ahora nos va a convertir en paraíso de los drogadictos? ¿Porque un servidor está ya harto de idioteces. ¿Heroína controlada? ¿Calidad uniforme en la cocaína? Por Dios! ¿Queremos llenar las calles de zombis drogadictos? ¿Les vamos a subvencionar? Sr. Saura, háganos un favor, hágale un favor al país. DESAPAREZCA DEL MAPA. Dé paso a gente de derechas, o de centro, o de izquierdas, lo que quiera, pero con un mínimo de criterio coordinado. Y olvídenos durante un tiempo.