martes, 20 de febrero de 2007

Incentivar la política

La clase política española anda sin rumbo. No es de ahora. Hace ya años que se han ido alejando de la calle, de los problemas del ciudadano medio, del sentir de la población de a pie. Se han encerrado en sus urnas de cristal, y para ellos su trabajo, la política, es como una gran partida de Monopoly. Compran, venden, hacen y deshacen leyes, malbaratan planes urbanísticos, manipulan a su gusto y se despachan barbaridades los unos a los otros con profusión de prensa partidaria que les amplifica los mensajes a su gusto y conveniencia.

Se demostró con la Constitución Europea. Se confirmó con el Estatut de Catalunya. Y desgraciadamente se ha ratificado en el desastroso resultado de participación del Estatuto de Andalucía, con un misérrimo índice de participación del 34% de los posibles votantes.

Europa tomó nota de las abstenciones y sobre todo de las negativas francesa y holandesa.

Catalunya ha entrado en catarsis, y de una prodigiosa actividad política hemos pasado a una peligrosa parálisis. Ciertamente ahora no se pueden equivocar mucho. Quien no decide no se equivoca. Así andamos.

Finalmente, los andaluces han decidido propinar un sonoro bofetón a sus representantes populares indicando con su abstención que el referéndum les traía como poco sin ciudado, y como mucho que no era el momento de tocar nada. Y sale Chaves orgulloso porque el 87% ha votado que sí. Y sale Arenas a decir que a Chaves le han soltado un puntapié en parte poco noble. El promotor obtiene un 64% de abstención pero está orgulloso. La oposición apoya el sí al referéndum pero le echa la culpa al otro de la baja votación. No tocan ... No rigen ...

Desde mi humilde y escondido rincón, lanzo la propuesta de incentivar la política. Es práctica común en la iniciativa privada la remuneración variable de cargos directivos. Una parte del sueldo fijo, y otra, sustancial y sustanciosa, variable. Apliquemos lo mismo a nuestros políticos. Toquémosles de una vez el bolsillo.

Y no sería difícil. Objetivos como alcanzar un determinado porcentaje del programa de gobierno, o alcanzar un determinado número de leyes promulgadas o retocadas, o alcanzar un determinado nivel de participación popular. Todo medible. Y Sr. Zapatero, Sr. Rajoy, Sr. Llamazares, como en la privada. Si no llegan, no cobran. Veríamos si no se ponían las pilas. Claro, esas reformas deben venir de dentro, y ellos, precisamente ellos, se encargarán de que no prosperen. Un motivo más para el desánimo.

2 comentarios:

ian llorens dijo...

I have always believed in managing by objectives. Governments should commit: I will increase the GDP by 20% in 4 years, the national exam results will improve by one point in 3 years, 75% of the middle and high school population will be fluent in English in 4 years, the per capita income will improve by 19% in 2 years, etc. Those KPIs should be updated daily and shown in billboards and if they are off track, "al carrer i que us fotin pel cul".
Come and visit my blog and Manuel.

Johnny Tastavins dijo...

The only problem is that this policy requires a change on the law "from inside". Politics will never do something that will remove their privileges.

Spectacular posts about Manuel in your blog. It seems that jetlag opened your mind!