miércoles, 8 de agosto de 2007

Moda de invierno en verano y moda de verano en invierno


Julio y Agosto son meses de rebajas, apetecidos por los sufridos consumidores a la espera de pescar alguna ganga al vuelo, una de esas piezas inaccesibles durante la temporada normal de comercio. Visité unos grandes almacenes esta semana para darme cuenta de que realmente rebajan muchas cosas pero que también reservan grandes espacios para "lo nuevo", etiquetado así para avisar, y no correr a por explicaciones al primer pobre dependiente que pillemos preguntándole por la etiqueta de rebajas.

Meeeeec, no, esto es de nueva temporada y no está rebajado. Y tu piensas, joder!, claro, es por eso que me gustaba.

Pero me intriga mucho más, sobremanera, el motivo por el que en agosto hay colecciones completas de abrigos, gabanes, chaquetas, gabardinas, jerseis y bufandas, listos ya para la "inmediata" temporada de invierno que, cambio climático mediante, no empieza hasta el mes de diciembre.


Vas en agosto, con un calor agobiante, a buscar un bañador o una camiseta y te encuentras con estupendas bufandas de cashmere o la nueva línea de calcetines de lana. No, no, no. Lo siento, mi cuerpo y mi mente salen escopeteados. Item más. Vas en febrero y encuentras unas fantásticas camisas de verano, unos estupendos pantalones sport de hilo, unas fabulosas sandalias de pie abierto, mientras llevas puesto el abrigo puesto. Y escuchas a la gente en mayo : "Uy, date prisa que ya no queda nada de verano".

Van contra corriente. ¿Tan difícil es vender ropa de verano en verano y ropa de invierno en invierno? Me da la sensanción que alguien, un día no muy lejano abrirá un nuevo Zara con el lema "La moda de verano, en verano!" y arrasará. Y entonces, todo el mundo se dará cabezazos contra la pared pensando que era evidente. ¿O es que no lo era?