sábado, 20 de octubre de 2007

Perdido en la traducción (1)

Cuando nací hace unos cuantos años, mandaba en España un curioso general que impidió entre otras cosas, que mis padres inscribieran mi nombre en el Registro en el idioma que les diera la gana. Aunque hace más de 20 años que está permitida la traducción de un nombre a la lengua propia, no me había llamado la atención esa posibilidad. De repente, una mañana de Junio, circulando por el Paseo de Colón, a media mañana, paso por enfrente de la Plaça de Medinaceli y recuerdo que es ahí donde está el Registro Civil de Barcelona. En un arrebato, doy la vuelta a la estatua de Colón, entro en el parking del Moll de la Fusta y me voy directo al Registro.

Media mañana, sólo un control de metales a la entrada, pero dentro, una manada de gente por todas partes. Consigo acceder a información y me dirigen a la puerta 24 si no recuerdo mal, en la 1ª planta. Levanto la vista y veo un laberinto de pasillos abarrotado. Pensé, nene, mejor te largas y olvidas esta tontería. Pero lo intento. Encuentro la escalera (difícil empeño con las obras que había) y subo. Muchísimas puertas con otras tantas colas de una mayoría inmigrante a la búsqueda del certificado o papel mágico. Apartando gente del camino, alcanzo la única puerta en la que no hay nadie. ¿Adivináis cual? Bingo!, la 24. Primer indicio de lo solicitado que está el servicio de cambio de nombre.

Entro, y una amable funcionaria sin nada mejor que hacer me atiende con diligencia.

- Mire, estoooooo ..., que yooooo ..., traducir mi nombre ..., requisitos ..., sabe cuando? ...
- ¡Dame el DNI!

Me pongo firmes, se lo entrego, saca una fotocopia, me pide que le firme una petición de traducción y me echa.

- En unos días te llegarán los papeles a casa.

¡Alucinante! Jamás había visto tal grado de eficacia. Me fui pensando que me habían tomado el pelo, pero que si toda la vida me he llamado Johnny Tastavins y no me lo traducen a Hans Catador, pues bueno, tampoco se hunde el mundo.

Pero no, sorpresa de las sorpresas, 3 semanas despues llega a casa un sobre por correo con una fotocopia compulsada de mi partida de nacimiento, con una anotación al margen conforme en fecha tal mi nombre ha sido traducido a Hans Catador. Adicionalmente, en alarde de eficacia administrativa, adjuntan también fotocopia compulsada de la partida de nacimiento de mis dos hijos, en los que se anota también al margen que en esa misma fecha, su presunto padre ha cambiado su nombre franquista Johnny, por el más nacionalista Hans. De esta manera, cuando mis vástagos renueven su DNI (ya lo tienen probecitos ...), podrán solicitar la inclusión del nuevo nombre de su padre.

Redacté una lista de documentos y entidades en las que debo cambiar mi nombre. Si lo cambio, lo cambio de verdad, no es cosa de dejarlo a medias.

En próximos post os cuento las odiseas por las que he pasado y estoy pasando en posesión de tan magnífico certificado. Las respuestas de administración, cajas, bancos, suministradoras de servicios (agua, luz, teléfono, etc.), y emisores de tarjetas diversas han sido muy variadas. Continuaremos informando.

10 comentarios:

Habibi dijo...

Ha, qué gracia.
Yo siempre he querido cambiarme el nombre, no por tenerlo en castellano y quererlo en catalán, sino por tener el mismo nombre que mi padre. Pero, llegó un momento en que tanto me dio y me he quedado con este. Y me gusta, ahora.
Sin embargo, cuando vine a vivir a Londres la primera vez, tuve muchos problemas por el hecho de tener dos apellidos. Ahora todo está más o menos correcto, con un guión (-) entre mis dos apellidos, como los pijos.
Buena suerte en tu cambio sustancial.
Salut!

Johnny Tastavins dijo...

Gracias. Así que el guión es de pijos, no lo sabía. ¿Será que Carod-Rovira es pijo? El otro día amenazó en TV con desvelar el motivo del guión, pero luego calló. Será por eso :)

Francesc Puigcarbó dijo...

oye johnny, no me olvido de Aznar, hay tres links de color granate en el post.Échales un vistazo.

monsieur le six dijo...

¡Pues felicidades por el cambio! No sabía que nombres como Hans pudieran dar problemas en los tiempos de Franco.

Johnny Tastavins dijo...

Uy, muchos, Hans, George, Joseph y similares eran peores que la peste! Pregúntale a George Pujol o a Joseph Tarradellas si pudieron inscribir su nombre adecuadamente.

Rebeca dijo...

¡Felicitats! Que no te escriban el nombre como a ti te gusta fastidia mucho. Tambien fastidia que te lo pronuncien mal. En mi caso a la inglesa. De hecho me emociono cada vez que mi profe escoces en la uni (que habla muchos idiomas y sabe mucho) se dirige a mi diciendo RRRRRRebeca.

Por cierto, me uno a lo que dice Habibi: aqui es un lio eso de los dos apellidos porque ellos solo tienen uno. Yo aun no le he puesto el guion pero me lo tendre que poner cuando me case el año que viene... me espera a mi tambien una buena...Papeleo arriba y abajo. ¡Un saludo!

ian llorens dijo...

Yo lo primero que hice al convertirme en Americano es eliminar el segundo apellido, por mucho que le pese a mi mama.

Pero conserve my first name y middle name en catalan. Al contrario de lo que pasa en Valladoliz, aqui la gente me pregunta, come desea que pronunciemos su nombre?

Anónimo dijo...

Mira Johnny, o como te llames. El tema del nombre de cada persona es muy personal. De hecho ni siquiera lo elegimos. Son nuestros padres quienes deciden. Pero tienes todo el derecho a hacerte llamar como a ti te guste y como tu te sientas mas identificado. Asi que felicidades.
Pero, lo que antes pasaba con la puta dictadura ahora sigue pasando con nuestra graciosa democracia. Y ahora son aquellos que se llaman Josep Lluis (y sus colegas) aqui y en la China Oriental, los primeros que te catalanizan tu nombre porque les sale de los cojones. Aunque de forma formal y por escrito les pidas que te llamen y escriban tu nombre como tus padres decidieron y uno propio ha aceptado. No hay ninguna administracion catalana que ponga mi nombre como es. Y me imagino que mi nombre , como el del cantamañanas Jose Luis, sera igual aqui que en la China Oriental.
Por cierto, por TV3 y resto de medios catalanes cuando hablan de A Coruña, lo dicen correctamente, pero cuando hablan de Teruel, le dicen Terol, y cuando hablan de Cuenca, le dicen Conca. Hay que predicar con el ejemplo.
Por cierto la unica diferencia entre mi nombre en catalan y en castellano es una simple vocal.
No costaria tanto nombrarlay encima me lamarian por mi nombre.

Johnny Tastavins dijo...

Hola Conan, bienvuelto! Por supuesto que el recorrido debe ser en las dos direcciones. Igual que exijo mi derecho a llamarme Johnny en lugar de Hans, tienes todo el derecho a reclamar que se utilice tu nombre y no una maldita traducción de un maldito funcionario sin idea de lo que está haciendo.

Con respecto al nombre que utiliza TV3 para nombrar las capitales castellanas lamento discrepar contigo. Igual que tenemos Londres y Nueva York (por los originales London y New York), no veo por qué no podemos utilizar nombres catalanizados. Tú me darás mejores argumentos, espero.

Anónimo dijo...

No Johnny, yo no tengo otros argumentos .Simplemente queria remarcar lo que dijo nuestro exigente politico. Cuando Jose Luis ( el negociador )(asi lo llamare a partir de ahora), dijo que se llama Josep Lluis, aqui y en la China, entendi que en el caso de ir a dicho pais, exijiria que lo llamaran Josep Lluis, igual que hace en cualquier lugar del estado español.Supongo que se enfadaria si le traducen su nombre al chino igual que hizo cuando se lo traducieron al castellano. Seria coherente si asi lo hiciera. Pero estoy seguro, y tu tambien, que cuando le traducen su nombre a cualquier otro idioma( chino, ingles, frances,...) que no sea el castellano, no adopta las mismas exigencias. Entonces parece que sea otra cosa, ¿no crees? Feo, muy feo.
Por eso decia lo de la catalanizacion de otras ciudades,o nombres. A mi me resulta evidente que este personaje no predica con el ejemplo.
Menos mal que no todos los catalanes somos como el "negociador".
Saludos.