lunes, 29 de enero de 2007

Más idiomas?


Quien me conoce, o quien me sigue a través de este blog sabe bien que defiendo a ultranza el aprendizaje de idiomas. He hablado varias veces de ello, la última aquí. Pero temo que pronto vamos a ir más allá de lo deseable.

A fuer de dar ideas a algún descerebrado del Ministerio de Educación, os daré mi opinión del nuevo lenguaje imperante en el siglo XXI, el de los sms (short message standard). Sí, ese en el que se dice a2 en lugar de adiós, q en lugar de que o qdms en lugar de quedamos. Una breve búsqueda en internet nos descubre que hay tratados completos y estudios profundos al respecto. Incluso ya se ha publicado algún libro completo redactado en el susodicho lenguaje. Alguna operadora de móviles sacó incluso en su momento una guía rápida de introducción al tema.

No seamos destructivos. Analicemos el origen, y que tire la primera piedra el hijo de vecino que cuando va a escribir "desde" en un teléfono móvil no se tira de los pelos cuando tras la d, debe esperar un poquito, dos segundos, a volver a pulsar dos veces más la misma tecla para que aparezca la e. Luego, el interfecto piensa que d suena como de, con lo que la incomodidad de la escritura y la economía de texto se unen para generar un galimatías generalmente indescifrable.

Añadamos el hecho de que muchos móviles limitan el número de caracteres permitidos en un mensaje, y tenemos el aliño suficiente y necesario para comprender la necesidad/virtud del nuevo lenguaje. Confieso mi torpeza para interpretar algunos mensajes, y es desde esa incomprensión que me tiro de cabeza a un río lleno de pirañas a hablar de lo que desconozco.

Hasta aquí puedo comprender, compartir y hasta esforzarme en penetrar en las entrañas de este nuevo esperanto del siglo que entra. Pero alto ahí. Traspasar la barrera del móvil y trasladar la barbaridad del sms a cartas, fax, correos y escritos de toda índole media un abismo. Y por desgracia empieza a ser habitual ver intercambios de información en los que abundan las abreviaturas sms, sin que nadie ponga coto al asunto, nadie levante una voz, nadie denuncie la banalización de la comunicación.

Lo siento, para jeroglíficos, la página de pasatiempos. Para el resto, por favor, utilizar el idioma con corrección. Me da que pronto, algún iluminado del Ministerio aparecerá en alguna campaña con la peregrina idea de incorporar un nuevo crédito variable (antes llamábamos a eso asignaturas optativas) para aprender las excelencias y métodos del sms.

¿Utopía? Tonterías más grandes han salido adelante. Solamente rezo porque esta vez, esto no sea así. Y parece que no estoy solo!!

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