lunes, 26 de marzo de 2007

Un hub para Barcelona


Andan revueltas y turbias las aguas políticas en Catalunya. A vueltas con el aeropuerto del Prat, la Sociedad Civil catalana ha dado un paso al frente y ha reclamado de la Generalitat firmeza en el pulso que a buen seguro se establecerá con AENA para la adjudicación de la nueva Terminal Sur del aeropuerto. En efecto, mucho futuro del aeropuerto depende de esa adjudicación, y de los planes serios que tenga el adjudicatario de la terminal. También de la habilidad en la gestión diaria, y ahí tiene mucho que decir el empresariado catalán.

Se reniega de Iberia y sus socios de OneWorld, a sabiendas que ya han decidido apostar por una aeropuerto de alcance medio, con conexiones europeas y alguna a Oriente Medio, pero reservando a Madrid-Barajas el papel de gran aeropuerto hub español.

Se apuesta por Star Alliance, que encabezada por la española Spanair pero liderada por la germana Lufthansa pretenden conseguir la gestión de la nueva terminal con dudosas promesas y más tibios planes reales.

La realidad es complicada. No hay varitas mágicas. Todo depende de una buena gestión, habilidad en el movimiento diario, facilitando la labor a compañías emprendedoras y un poco de suerte que tampoco debe faltar.

La verdad es que cuando miro al mercado aeroportuario europeo (no conozco en detalle el americano), me encuentro con tres grandes hubs en Schipol (Amsterdam), Heathrow (Londres) y Frankfurt. Siguen otros hubs a menor escala, claramente a segundo nivel, como Barajas, Charles de Gaulle en París, Malpensa en Milán, Fiumicino en Roma y poco más.

Y detalle revelador, Schipol funciona con KLM, Heathrow con British Airways y Virgin Atlantic, Frankfurt con Lufthansa, Barajas con Iberia, Charles de Gaulle con Air France y Roma y Milán con Alitalia. O sea, con compañías de bandera. No conozco un solo caso de compañías aéreas operando un hub en territorio extranjero. Huelga decir, pues, que si Iberia es antipática (Gas Natural), Lufthansa (E.ON) es el lobo vestido con piel de cordero, pues es obvio que viene a Barcelona a buscar pasajeros para su hub de Frankfurt.

Hay un ejemplo en el que Barcelona debería mirarse, Munich. Cerca de Frankfurt, ha desarrollado una gestión suficientemente brillante como para ser una alternativa real a vuelos de largo alcance en Alemania, a pesar de Frankfurt. Adelante, pues, con una gestión desde Barcelona, nunca a 600 km, imaginativa, en manos de la iniciativa privada y con ambición de crecimiento. No entregar la Terminal Sur a un solo operador, y no cerrar las puertas a Iberia, que es la compañía que antes o después nos puede abrir el cielo transoceánico.

Para acabar, una revelación. De esas que no salen en los periódicos, ni de Madrid ni Barcelona. Por caminos más bien extraños llegó a mis oídos la causa del enfado de Iberia para con Barcelona y la Generalitat. ¿Alguien puede explicar, con luz y taquígrafos, el montante de ayudas concedidas desde la Plaça Sant Jaume a Vueling para la creación de infraestructura aeroportuaria en Barcelona en detrimento de Iberia? Hágase la luz a esta cuestión y posiblemente empezaremos a entender muchos sinsentidos de toda esta historia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, Johnny.
Encontré tu blog y este artículo de casualidad, buscando en google otra cosilla.
Querría comentarte un par de detalles. El primero es que Charles de Gaulle no es un aeropuerto de segundo nivel. Es de primerísimo nivel como hub.
Segundo, que es sensata tu afirmación de no bloquear a Ib en la T-Sur ya que sí creo que es la única que tarde o temprano puede poner vuelos inter desde el Prat (alimentados por ClickAir, ya lo verás).
Un saludo

Johnny Tastavins dijo...

Anónimo, no quería dejar en mal lugar a Charles de Gaulle, pero convendrás conmigo que, si bien es cierto que es un primer nivel, no llega a los otros tres. Desde luego le doy el número 4 de Europa.

Del resto me mantengo en lo dicho y comparto tu idea que ClickAir puede ser el alimentador de pasajeros para El Prat. Ojalá!