Quería postear ayer, haciendo algunos matices a la jornada de reflexión previa a la votación del Estatut obligada por la ley. Me indignó de entrada las pegas que ha ido poniendo la Junta Electoral Central ante la propaganda insititucional que trató de sacar adelante el Govern de la Generalitat, sistemáticamente capado por la citada Junta. Interesante ejercicio de investigación averiguar los nombres, apellidos y tendencias ocultos tras este organismo que encuentra delito flagrante utilizar la imagen de una urna con una mano depositando un voto en la propaganda informativa sobre el referéndum. Que el Govern que promueve el plebisicto no pueda promocionar el voto lo encuentro cuando menos miserable, si no asquerosamente manipulador.
Dicho esto, sabéis que mi propuesta ha sido claramente abstencionista y me asquean los primeros comentarios : "Arrasadora victoria del Sí, aplastante derrota del PP, el pueblo catalán ha ratificado el Estatut sin dudas, etc. etc. etc." y blah, blah, blah. Nos siguen tomando por idiotas. Y fascina que los que han perdido más claramente (los promotores del no) se santigüen pensando en la cantidad de abstenciones.
De la gente pública y privada que conozco, el único que se puede tratar de apoderar de este resultado soy YO, que en voz alta y sin excusas ni cortapisas he defendido la abstención desde el primer día.
Sé que la ley dice que la mayoría de los que han votado aprueban este Estatut. Yo me quedo con que el 66% de los votantes no lo han ratificado. Y que más del 50% de los votantes no han ido a votar. Muchos políticos se atribuían el mérito de presentar un proyecto de Estatut aprobado por el 90% de los representantes políticos de los ciudadanos catalanes. Ahora los ciudadanos han podido expresar su opinión y le han dado la vuelta a los porcentajes como a una tortilla.
Se rasgará alguien de una vez las vestiduras y empezará a pensar en los motivos de semejante batacazo? Recordamos que referéndums mucho menos cercanos a Catalunya como el de la OTAN obtuvieron muchas más participación?
Sigo siendo pesimista. Mi asíduo lector Gemónides me proponía la creación de un nuevo partido político, centro izquierda, no nacionalista, representante de mucha gente totalmente desencantada con la política actual. A día actual me faltan tiempo y recursos (que no ganas) para poner en marcha este tipo de proyecto. No lo aparco definitivamente, y deben saber los que hoy nos gobiernan que seguimos vigilantes, ojo avizor, y a punto de lanzar un órdago si la ocasión lo exige y merece.
domingo, 18 de junio de 2006
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3 comentarios:
Amigo, los políticos son los maestros de la dialéctica. Cualquier dato, cualquier gesto o cualquier estadística la estiran, la encogen, la llenan, la disimulan y la retuercen como les da la gana.
En una democracia el único dato objetivo es la participación ciudadana, y en este punto la evidencia de burla de la clase política.
Yo estoy atento al órdago.
Un abrazo
Gracias por tus gestos hacia mi persona.
Lo del cambio en mi blog lo he hecho como terapia contra mi vanidad. No me escribe casi nadie. Me lo merezco :)
Gemónides, casi nadie no es lo mismo que nadie, tienes imán (mucho, más del que te imaginas) y seguro que te escriben. En cuanto al órdago, de verdad que ganas no faltan. Nos leemos.
No, en serio amigo, no me escribe ni mi madre. Bueno sí, un par de e-mails breves, eso es todo.
Con respecto al órdago te digo yo que al final te vas a lanzar. Seguro que ya sabes qué hay que hacer para formar un partido político.
Disfrutaría mucho escuchando a Carlos Herrera entrevistándote sobre tu programa electoral. Eso sería cojonudo.
Un abrazo.
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