jueves, 14 de junio de 2007

Sugestión y media


Se ha escrito hasta la saciedad sobre técnicas para sugestión. Desde publicidad intensiva, pasando por líneas editoriales insistentes, hasta técnicas como la hipnosis, todo sirve para crear un estado de ánimo determinado frente a un estímulo concreto. Y acabar creyendo algo a base de que me lo cuenten repetidas veces.

Saco este tema a colación
porque cada día tengo más claro el poder de sugestión que tienen los medios de comunicación hoy en día. Los mass-media, periódicos, cadenas de TV, radio, agencias de noticias tienen un inmenso poder en las manos. Y lo que no se publica en los media no existe.

Llevamos un tiempo bombardeados con las historias del cambio climático. Adviértase que no entraré a discutir si el famoso Cambio existe o es una maldita falacia. Simplemente apuntar que un machaconeo intensivo de noticias redactadas por periodistas sin conocimientos ha elevado el tema a categoría de estrella. Todos entendemos ahora de niveles de CO2, agujeros en la capa de ozono, calentamiento global, desaparición de especies y desastres sin retorno en el plazo de 50 años.

Increíble. Fascinante. Sin par. Existen registros ambientales en el mejor de los casos durante los últimos 300 años, y basados en eso nos atrevemos a afirmar que el clima cambia. ¡Claro que cambia! Faltaría más. Igual que lleva cambiando durante los últimos 4.500 millones de años. Lo que no me creo es que nadie sepa en qué dirección y sentido. Somos incapaces de predecir un tsunami en Filipinas, o un huracán en New Orleans, pero resultado que somos tan sabios y tan listos que sí conocemos el futuro climático. Por favor, un poco de seriedad.

Leí hace un tiempo un interesante libro, Estado del Miedo de Michael Crichton. Autor de diversos best-seller como Parque Jurásico, Congo o El Mundo Perdido, relata en este libro con habilidad narrativa, los desmanes de una Fundación Ecologista que busca provocar desastres naturales para demostrar la inminencia del cambio climático. Durante la trama, se analizan gráficos de temperaturas en diversos puntos del mundo, sacados de internet, donde se demuestra que en un mismo sitio la tendencia baja o sube en función del intervalo de años considerados. O sea, un potencial manipulador grande. Me pregunto cuánto tiempo durará el debate, y a quién interesa prolongarlo. Como siempre, averigua quién es el benficiario y casi seguro acertarás.

Me acuerdo también de otro famoso tema de sugestión colectiva, no hace tantos años. El mal de las vacas locas. Dejamos todos de consumir ternera en bloque, y los industriales de la carne de vaca pasaron temporadas difíciles. Y de repente, se apagó el interés periodístico (y de alguien detrás) y pasamos a poder comer ternera, y hacer caldo con sus huesos. Ojo, cuando el periodo de incubación de la enfermedad es de hasta ¡10 años! Pero si los media no dicen que hay problema, nos lo creemos y punto.

Hace dos años, lo mismo con la gripe aviar. Se dejó de comer pollo después de una campaña furibunda donde nos contaron de las muertes de dos o tres docenas de personas. No nos contaron que esas personas, de regiones remotas en China y Vietnam, origen muy humilde, y nefastas condiciones de higiene, vivían materialmente mezclado durante años con las aves. Eso no evitó que cundiera el pánico en toda Europa y se esquilmaran granjas de aves donde había muerto un animal. Las incidencias en Asia siguen en los niveles habituales, pero eso ya no es noticia, y volvemos a comer pollo.

¿Sugestión o Información? Yo me lo sigo preguntando. Para sugestión prefiero la magia, y de la buena.

jueves, 7 de junio de 2007

Réquiem por un ciudadano español

Desde el miércoles 6 de Junio de 2.007, volvemos al terror, a la angustia, a la impotencia, al asco. ETA vuelve. Y ha decretado pena de muerte. Pena de muerte para algún ciudadano español inocente, desconocedor del destino que le espera.

En Julio de 1.997, hace ya casi 10 años, España entera quedó sin respiración durante el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco. Reaccionamos todos con horror a la crónica de una muerte anunciada, que desgraciadamente se confirmó.

Me pregunto por qué no tenemos ahora el mismo estado de shock. ¿Quizá porque todavía no conocemos el nombre, apellidos y filiación del condenado? Pero recordemos que ETA va a volver a matar. Antes o después. Todos lo sabemos. Me paraliza pensar que la futura víctima puedo ser yo, o un familiar, o un conocido, o no. Lo que sí sé es que será inocente. Y entonces, todos, tendremos que volver la vista atrás, maldecir el día del final de la tregua, a los terroristas que apretaron los gatillos (el de la pistola y el intelectual) y pensar entre todos qué podemos hacer para acabar con esa lacra.

Y celebrar un réquiem por el inocente muerto a manos de la sinrazón.

sábado, 2 de junio de 2007

¿Generación de oro, gris, maldita o imbécil?

Ante todo confesar mi pertenencia a la generación del baby-boom. Esa generación que a caballo del bienestar económico de mediados de los 60 amaneció a la vida. Llevo tiempo madurando mis opiniones acerca de mi/nuestra generación y creo que va siendo hora de plasmar negro sobre blanco mi visión al respecto. Quizá el contraste con otras me sirva para centrar y mejorar la mía.



De entrada, este anuncio de Coca-Cola me vino a recordar que efectivamente, somos una generación de oro con muchas cosas buenas y por recordar. Y posiblemente sea cierto que somos una generación con una gran capacidad para disfrutar. Me he dicho a mi mismo muchas veces que somos quizá la primera generación de España que no ha olido ni de cerca una guerra. Nuestra infancia, nuestra adolescencia, nuestra juventud han pasado sin catástrofes que marcaran a nuestra generación.

Pero posiblemente por eso, también, veo a nuestra generación como la generación gris. La de la falta de líderes, la de la falta de iniciativas, la de la falta de referentes. Nuestros padres tuvieron el mayo del 68, o la transición a la democracia. Nosotros, ¿qué hemos tenido? He querido pensar que efectivamente, una generación antes tuvo tantos desafíos y referentes nuevos que nos eclipsó sobremanera.


Me pregunto dónde encontrar a un líder de la talla de Adolfo Suárez, Felipe González o Jordi Pujol dentro de nuestros contemporáneos. La verdad, miro, busco y no encuentro. Panorama desolador. Me decían que quizá es que los líderes de nuestra generación hayan preferido quedarse en casa. Quizá sí, pero entonces lo veo como un síntoma más de nuestra falta de ambición. Creo que esta es la generación más preparada de toda la historia de España. Por educación, por información, por nivel. Y sin embargo esa preparación no se ha traducido en resultados tangibles.

Leo, aunque quizá ahí no estoy de acuerdo que nos pueden considerar dentro de poco como la generación maldita. La generación que ha permitido que el cambio climático desarrolle una velocidad de crucero imparable mientras nos hemos sentado en nuestros sillones y nos hemos ido de vacaciones en vuelos low-cost sin mover un dedo para intentar pararlo. Eso me puede parecer ya injusto, por cuanto no es esta generación la responsable única de lo que nos puede estar pasando, y lo digo en condicional. Si hay responsabilidad, esa es global, nuestra y de los que hubo antes, y también de los que nos empujan desde atrás. Y por lo menos reconocer que sí ha sido nuestra generación la que por lo menos ha puesto de manifiesto un posible problema, para tratar de resolverlo.

Me atormenta por fin mi visión de generación imbécil. Y me explico. Estoy casado, trabajo, tengo hijos, por supuesto pago mis impuestos y tengo hipoteca. Las ayudas que recibí cuando me casé ascendieron a 0 pesetas. El nacimiento de mis hijos me provocó gastos extra pero ninguna ayuda. No, ya no alcancé a cobrar siquiera los "puntos" (250,- Pts al mes) que Franco había decretado hacía mucho tiempo. Cuando yo tuve los hijos eso ya no existía. La educación en España es gratuita, pero de boquilla. Tuve que pagar 100% de mi bolsillo, ya no sólo las guarderías, también el pre-escolar desde P3 a P5. Hoy sí están subvencionados, yo ya no lo llegué a pillar. Eso sí, la camarilla política nos incita a tener hijos para no depender de la inmigración. ¡Qué bien se habla cuando no te toca al bolsillo! Y claro, la educación universitaria que pretendo dar a mis hijos me va a costar un riñón, pero sin ayudas del Estado porque me gano demasiado bien la vida! Me gustaría saber cual es ese umbral a partir del cuál conservas todos tus deberes de pagar, pero pierdes tus derechos a cobrar.

Y leo en la prensa que el recorte de pensiones ya ha empezado. O sea que cuando a mi me toque empezar a recibir, me van a recortar. Y digo, ¿es que nos toman por gilipollas? Pagué, sigo pagando pero ya me avisan que cuando me toque cobrar tendré menos de lo que me correspondería. Lo dicho, la generación imbécil.

Y vosotros, ¿qué pensais?