Mañana puede ser un día grande para el Barça. Después de 110 años de historia, el equipo que entrena Pep Guardiola puede redondear una temporada para soñar. 6 títulos de 6 posibles, jugando como los ángeles y siendo la envidia y admiración del mundo entero.
Hace unos meses, el ex vicepresidente del Barça, Ferran Soriano, presentó un libro titulado "La pelota no entra por azar". No lo he leído, aunque he escuchado alguna crítica y comentario. Lo compran y leen más los hombres de negocios que los deportistas y aficionados. Normal. Se trata más de un manual para alcanzar la excelencia en la gestión que de un tratado deportivo.
Recuerdo también los tiempos en que el ahora defenestrado Tiger Woods llegó al mundo del golf, generando espectación y pasiones. Un recién llegado les comió el terreno en 4 días a deportistas consagrados.
El denominador común del Barça y Tiger Woods es claro. La dedicación, esfuerzo y profesionalidad aplicados al mundo del deporte. En un mundo del golf donde los que ganaban eran 4 vividores, bon vivants y buenos comedores, el hecho de llegar alguien que entrenaba y mantenía un estado físico de primera dió al traste con todo el establishment. De repente todo se conviritió en una lucha de muchos amateurs contra un Profesional, entendido el Profesional como alguien que vivía por y para su trabajo, en ese caso el golf.
Con Guardiola ha pasado más o menos lo mismo. En un mundo de juntaletras y vendedores de palabras de baja estofa con una profundidad de ideas digna de un afectado de parálisis cerebral (ya se sabe, "el fútbol es asín", "funbol es funbol", "unas veces se gana y otras se pierde", "el arnbitro nus ha robado", "espero entrenar bien para que el Míster me ponga"), la llegada de alguien con cabeza, inteligencia, y sobre todo una enorme capacidad de esfuerzo y trabajo lo ha girado todo de pies a cabeza.
Estos dos casos que ilustran y demuestran perfectamente la potencia del esfuerzo y del trabajo bien hecho. Tiger estuvo ahí arriba durante años. El Barça lo estará mientras quiera y pueda mantener ese nivel por encima de los demás en el trabajo y esfuerzo colectivo.
La pelota, en efecto, no entra por casualidad. Aplíquense estos dos ejemplos a cualquier actividad y tendremos la clave para el triunfo en el 99% de los casos. Cosa que no siempre es fácil, ni la mayoría está dispuesta a hacer.