España es país de modas. Cuando no nos enamoramos del tenis o del automovilismo, perdemos la cabeza por viajar a New York, o por el turismo rural o por lo que sea. Lo peor es que las modas ya no apuntan solamente a lo material sino también a comportamientos y tendencias.
Una que cada vez tiene más adeptos es la solicitud de un vado frente al portal de tu casa alegando minusvalía. Una vez alegada la correspondiente invalidez, el Ayuntamiento marca una plaza de estacionamiento frente a tu casa y puedes aparcar con toda comodidad sin tener que buscarte la vida como el resto. Nada que objetar si no fuera porque cada vez veo más plazas marcadas con el corrspondiente signo de minusválido, la universal "silla de ruedas". El otro día, buscando aparcamiento en una calle vi hasta cinco huecos, todos ellos reservados para presuntos minusválidos.
¿Presuntos? Sí, ya he visto a, no uno, no dos, ¡tres! individuos con plaza reservada cerca de mi casa (su matrícula coincidía con la señalada en la placa) que después de aparcar salían de sus coches y sin ninguna minusvalía aparente pero sorprendente agilidad (coño, es que por no llevar no llevan ni bastón y uno iba cargado hasta las cejas de bolsas y paquetes) iban a su portal muy cómodos.
No tengo nada contra la reserva de plazas para los discapacitados reales, pero hace 4 ó 5 años no había una puñetera plaza reservada y ahora proliferan por doquier. Exijo a los Ayuntamientos un control estricto de la minusvalía que esgrimen estos individuos, y mano dura para los sinvergüenzas que usan y abusan de esta ventaja social. Tanto listo matará la gallina de los huevos de oro, y lo que hasta ahora era una legítima ventaja para los que realmente la necesitaban se está convirtiendo, posiblemente por dejación de responsabilidades de algún funcionario municiapl, en un coladero.
Estoy por calzarme un bastón de anciano y acercarme al Ayuntamiento. yo también quiero plaza gratis.
Una que cada vez tiene más adeptos es la solicitud de un vado frente al portal de tu casa alegando minusvalía. Una vez alegada la correspondiente invalidez, el Ayuntamiento marca una plaza de estacionamiento frente a tu casa y puedes aparcar con toda comodidad sin tener que buscarte la vida como el resto. Nada que objetar si no fuera porque cada vez veo más plazas marcadas con el corrspondiente signo de minusválido, la universal "silla de ruedas". El otro día, buscando aparcamiento en una calle vi hasta cinco huecos, todos ellos reservados para presuntos minusválidos.
¿Presuntos? Sí, ya he visto a, no uno, no dos, ¡tres! individuos con plaza reservada cerca de mi casa (su matrícula coincidía con la señalada en la placa) que después de aparcar salían de sus coches y sin ninguna minusvalía aparente pero sorprendente agilidad (coño, es que por no llevar no llevan ni bastón y uno iba cargado hasta las cejas de bolsas y paquetes) iban a su portal muy cómodos.
No tengo nada contra la reserva de plazas para los discapacitados reales, pero hace 4 ó 5 años no había una puñetera plaza reservada y ahora proliferan por doquier. Exijo a los Ayuntamientos un control estricto de la minusvalía que esgrimen estos individuos, y mano dura para los sinvergüenzas que usan y abusan de esta ventaja social. Tanto listo matará la gallina de los huevos de oro, y lo que hasta ahora era una legítima ventaja para los que realmente la necesitaban se está convirtiendo, posiblemente por dejación de responsabilidades de algún funcionario municiapl, en un coladero.
Estoy por calzarme un bastón de anciano y acercarme al Ayuntamiento. yo también quiero plaza gratis.