Uf, casi 3 años sin escribir como quien dice. Lo que era en su momento una actividad divertida y que me permitía liberar tensiones y expresar ideas pasó a ser algo rutinario, casi pesado, y sin preaviso el blog murió. Pero ahí estaba, abierto a los spammers que han publicado comentarios en alguna de las entradas de forma desmedida. Han sido tiempos convulsos, cambiantes, crisis profunda, crisis de sistema, de valores, de creencias. La política ha metido su prestigio en los estercoleros, la banca nos ha empobrecido hasta niveles impensables y vivimos en un país (o países según el punto de vista de algunos) intervenido(s), si no oficialmente, sí de facto. Doña Ánguela Merkel sigue mangoneando en Europa a su gusto, y ya ni siquiera franceses o británicos tienen suficiente ánimo para plantarle cara.
Alguien se preguntará por qué, después de 3 años me da la caraja, hoy, día de Reyes, de volver a escribir. Fácil, en 2009 publiqué una entrada "Rumbo a ninguna parte" donde ya exponía mi escepticismo ante las derivas soberanistas que tomábamos en Catalunya. En estos tiempos he estado tentado de volver a escribir, a fin de cuentas mi blog se llama Catalunya, España ... y si algo hemos tenido en estos tiempos ha sido conflicto diverso entre ambas partes. Ayer, un visitante anónimo me dejo este comentario : "Este comentario se hace 3 años despues del último, pero el tema sigue de
actualidad, privilegios de internet, no se si los que aqui han escrito
siguen vivos, o al menos si siguen teniendo la misma opinión sobre el
tema, pero lo que si se es que su comentario identificando al pueblo
catalán como cobarde y acomodaticio no es prudente, hiere la
sensibilidad de mucha gente, yo mismo y le recomiendo mas moderación
cuando se refiera a un colectivo, es demasiado facil insultar y quedarse
tan ancho, ya ve, han pasado cosas, que cada uno saque conclusiones,
quizas Vd. fuera el primero en salir a la calle a defender la dignidad
de su tierra, pero quizas no, quizas se quedará en casa.". Y me veo obligado a contestar a un comentario escrito desde el respeto y la opinión diferente. Escribo otra entrada y no contesto sobre el mismo comentario por lo mismo de más arriba, la respuesta merece una amplitud que un comentario no permite.
Veamos Anónimo, como parte un colectivo me siento totalmente legitimado para calificarlo. Como catalán creo tener todos los derechos para opinar, y si el calificativo que pongo hiere, lo siento, pero es mi punto de vista. Y lamentablemente, después de 3 años no ha cambiado nada. El 11-S tuvimos una manifestación histórica (1,5 Millones) y todo el mundo, sobre todo la prensa y los medios, se emocionaron. Por cierto, respondiendo a su última consideración, yo no fui a la Manifestación. Y no por falta de tiempo, simplemente creí que era un error.
Bueno, acabado el día había tema. Convergència i Unió, que fletó autocares y trenes para asistir a la manifestación, simuló ser cogida con el paso cambiado. Jugaron con el juguete y les estalló. Empezamos a desayunar, comer y cenar independéncia y expolio a diario. Cualquier radio o periódico catalán no hablaba de otra cosa. Y como somos fácilmente maleables, nos emocionamos. Todo el mundo, encuestas incluidas daban por cierto que la marea independentista arrasaría y dejaría a España y su Gobierno a los pies de los caballos. Esa prensa, esos medios que magnificaron el sentimiento de frustración, de desapego, de expolio, pero que poco nos cuenta del fraude en las ITV. Lo siento, tengo cera para dar en todas partes, ya que mi descreencia es cada día mayor.
Bien, llegó el 25-N y los otros 6 millones que no estuvieron en la Manifestación del 11-S tuvieron la oportunidad de expresarse, mediatizados eso sí por la guerra sucia de El Mundo, la extrema derecha española rancia y apolillada de toda la vida y del Gobierno de España, que calló cobardemente durante esos días. Las cobardías, como se ve, se extienden por todos los sectores. Decía que de esos 6 millones que no estuvieron en la Mani, muchos sí votaron, tantos que tuvimos el índice de participación más alto de nuestra historia. Esa gente que en otras elecciones no votaron, porque no las sienten suyas, o no las entienden importantes, o ... Vaya usted a saber.
El hecho es que salieron, y dejaron un mapa político ingobernable. Una mayoría profundamente debilitada teledirigida por un partido independentista que ha saltado hecho pedazos ya 3 veces en los últimos 10 años (recordemos dónde están Àngel Colom, Josep Lluís Carod Rovira y Joan Puigcercós). Esto forma un magma de díficil control que saltará por los aires en menos de dos años (tiempo al tiempo y al 2014).
Esa mayoría silenciosa que no se manifiesta, que no sale a la calle, ha puesto en el mapa a Ciutadans, que de partido marginal ha pasado a ser ya una realidad perfectamente consolidada. Esa mayoría silenciosa saldrá a votar en masa contra la independencia el día que se convoque un referéndum, por convencimiento y porque si no lo tiene se lo impondrán mediáticamente desde la Meseta. La guerra sucia que hemos visto hasta ahora será un juego de niños. Nos amenazarán con todos los males, todas las calamidades, que no cobraremos pensiones, que tendremos una deuda de caballo impagable, que quedaremos fuera de Europa ... La lista es interminable y esas amenazas hicieron y harán mella en mucha gente.
Por lo tanto, respetado Anónimo, sigo pensando que el resultado de las elecciones, en lugar de dar un mensaje claro que es el que da un pueblo valiente, ha sido confuso, caótico, propio, insisto, de un pueblo cobarde que no sabe realmente dónde quiere ir. Generalizar quizá no es justo pero es inevitable.
Es vuestro turno, si es que alguno tiene ganas de volver al debate. ¡Feliz 2013 a todos!